La leche es uno de los alimentos que más se consumen en muchas partes del mundo. Muchos expertos en nutrición siempre han señalado que es un alimento muy completo, que ayuda a prevenir enfermedades y que ayudaba al correcto desarrollo y crecimiento de los más pequeños del hogar. Por eso la leche siempre ha sido uno de los alimentos con mayor dosis de protagonismo en desayunos, meriendas y postres.
Sin embargo, en los últimos tiempos varios estudios han arrojado conclusiones que suponen una contradicción con todo lo que se pensaba de este alimento hasta ahora. En este artículo vamos a abordar todo lo que no te han contado de la leche y varios motivos para dejar de consumirla. Si quieres saber cuáles son, sigue leyendo.
La leche ayuda a aumentar de peso
Las personas que consumen este alimento de manera habitual tienden a ganar más peso que quienes no la toman. Y esto se debe, principalmente a dos razones. La primera es que la leche tiene un alto contenido calórico. Lo que quiere decir con un exceso de consumo puede llegar a hacerte ganar varios gramos de más.
Pero es que además la leche también tiene un alto índice de grasas saturadas. Piensa que ya solo un vaso de leche contiene un 20% de la cantidad de grasas saturadas que necesita el organismo humano. Lo que quiere decir que se reduce mucho el margen que queda de consumo de este tipo de grasas a lo largo del día. Sobre todo si consumes varios vasos de este alimento al día. Pero hay muchas más cosas que debes conocer.
La leche fomenta la creación de acné
Muchos adolescentes sufren o han sufrido un exceso de acné. Esto, a nivel estético puede suponer un problema, y más a esas edades tan concretas. Pues bien, según varios estudios, gran parte del acné juvenil está muy relacionado con el consumo de leche.
Como te hemos contado antes, la leche tiene un alto componente de grasas saturadas. Y un consumo de este tipo de grasas puede fomentar la aparición de acné en las personas adolescentes. Aunque también se ha demostrado que hay adultos con una predisposición genética concreta que también pueden sufrir su aparición tras el consumo de leche y de productos lácteos.
Al beber leche, consumes algo más
La fabricación de leche suele hacerse de forma masiva. Esta producción, la mayoría de las veces, implica que las vacas sean criadas en parcelas de manera que suelen estar unas al lado de las otras con muy poca distancia de separación entre ellas. Esto facilita su alimentación. Pero también tiene consecuencias negativas.
Porque para que no enfermen se les suministra antibióticos a todas. Los restos de estos antibióticos se quedan en su leche. Esa misma leche que los consumidores compran en los supermercados. Por eso, al ingerir leche, también ingieres los medicamentos que se le han dado a esas vacas.
Si bebes leche pierdes masa ósea
Uno de los beneficios que siempre se ha destacado de esta bebida es la gran cantidad de proteínas que tiene. El problema es que por lo general, las dietas actuales tienen un exceso de proteínas. Y este excedente puede fomentar la descalcificación de los huesos. Por eso es recomendable dar prioridad a la ingesta de proteínas de otros alimentos por encima de las que aporta la leche.
La leche es la gran causante de muchas indigestiones
Muchos estómagos humanos no están preparados para soportar la digestión de un vaso de leche. Son las personas intolerantes a la lactosa. Es decir, carecen de lactasa, una enzima que metaboliza esta sustancia. Es entonces cuando llegan las náuseas, las diarreas y los vómitos.
La lactosa es un tipo de azúcar que se encuentra en esta bebida y en otros productos lácteos.
Esta bebida produce inflamación
Además de a la lactosa, esta bebida puede llegar a provocar muchos otros tipos de intolerancias. También es un alimento que puede provocar digestiones pesadas. Esto se debe a que una vez dentro del estómago, los azúcares de la leche tienden a la fermentación. De ahí que muchas veces, tras consumir esta bebida se produzcan gases e inflamaciones estomacales.
Su consumo provoca la aparición de flemas y tos
Está demostrado que un consumo continuado de esta bebida provoca la aparición de exceso de mucosidad en la garganta. Y esto, aparte de ser muy molesto, a su vez provoca la aparición de tos. Muchas personas que han tenido un ataque de tos tras beber leche, aseguran que la han consumido a temperatura muy fría. Así que si tienes exceso de flema y tos, quizás se deba al consumo de este alimento.
La leche promueve una vida animal miserable
Y acabamos esta lista con uno de los motivos para dejar de beber esta bebida que argumentan los más animalistas. Porque en cuanto las vacas tiene a su cría, se la retiran al momento. Y una vez que deja de dar leche se la sacrifica para obtener carne con ella. Además la mayoría de estos animales apenas salen de las granjas en las que muchas veces tienen que vivir en condiciones cercanas al hacinamiento.
La entrada Lo que no te han contado de la leche: motivos para no tomarla nunca aparece primero en Merca2.es.
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